Qué fácil despojarse de la culpa,
vistiendo a los que no son de tu casta.
Qué fácil extraer de la canasta;
los frutos que han podrido su pulpa.
Pero cómo prestar una disculpa,
cuando el metal reluce como un asta,
cuando todo alrededor, grita basta,
y solo se prefiere estar oculta.
Cómo quieres que olvide mi pasado
si por el mi presente está truncado,
y mi futuro que aún no ha llegado
se vislumbra lejano y empañado.
Y aquello que yo siempre he deseado
se marchita antes de haber comenzado.
Saludos de crisálida quien lleva un año a cargo de este blog cuya función es hacer disfrutar a quien lo visite con sus poemas y relatos, y compartir materiales de su trabajo con los alumnos.
domingo, 19 de abril de 2009
La sombra de la noche
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario