lunes, 20 de abril de 2009

A mi tutor de segundo

No pronunciaré tu nombre;
aunque te invité a venir,
para que olvides con versos,
los malos ratos que di.

Perdona si no aprendí,
las lecciones que me has dado.
Mira, cuando llegué a ti
todo se había complicado.

Pero si aquí estoy sentada
es por lo que me enseñaste,
esa pasión por la música
en la que tú me iniciaste.

Chispitas hay en mis ojos,
desde que te conocí;
cuando encuentro entre mis manos
guitarra, teclado o violín.

Aún recuerdo la madera,
al tocar las ocho notas,
y el son de tu acordeón
hacer felices mis horas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario